Franz Kafka y la niña

Franz Kafka, una niña y su muñeca viajera.

Franz Kafka no ganó fama durante su vida, la mayoría de sus obras se publicaron después de su muerte. En consecuencia, la fama llegó a personas completamente diferentes que, a pesar de su voluntad (quemar todas las historias escritas), publicaron obras y no fallaron. La vida de Franz fue corta y difícil, no tuvo tiempo de casarse, no tuvo hijos, pero era una persona fuera de lo común.

Un día, paseando por el parque Steglitz, como todos los días, se fijó en una niña que lloraba desesperada: había perdido su muñeca.

Elsie estaba llorando, tenía muchas ganas de encontrar a su Brigitte perdida, pero la muñeca desapareció sin dejar rastro. Kafka quedó impresionado por la desesperación de la niña y la fuerza de su dolor, por lo que ofreció su ayuda para encontrar la pérdida. Desafortunadamente, las cosas no salieron como él esperaba, la muñeca no fue encontrada. Pero se le ocurrió otro plan para calmar al niño.

Franz Kafka, una niña y su muñeca viajera.

"Tu muñeca acaba de decidir irse de viaje y conocer el mundo, lo sé con certeza, me escribió una carta".

La ragazza guardò lo scrittore con sospetto e disse:

¡Muéstrame esta carta!

Lamentablemente me lo he dejado en casa, pero te lo traeré mañana, respondió el escritor.

Franz Kafka resuelve el problema

La niña, intrigada, olvidó inmediatamente su tristeza, y Kafka se dirigió de inmediato a su casa para escribir la carta. Se tomó la tarea tan en serio como si fuera la creación de una obra de arte. Por cierto, era un trabajo de verdad, tan necesario como los demás, porque era imprescindible hacer feliz al niño y evitarle disgustos. En consecuencia, las mentiras debían convertirse en verdades a través de la ficción.

Al día siguiente llevó una carta a la chica que ya esperaba impaciente en el parque. La carta comenzaba con las palabras -

Por favor, no llores, fui a viajarpara ver el mundo, me aseguraré de contarte mis aventuras

Siguió un hermoso relato de aventuras imaginarias, viajes y fantasías. Elsie, al escuchar estas significativas palabras que la enviaban a tierras lejanas, se sintió inmediatamente reconfortada.

En el mensaje, la muñeca también explicaba que estaba cansada de vivir siempre con la misma familia y quería cambiar un poco de aires. En definitiva, quería separarse de la niña que tanto quería durante un tiempo. Sin embargo, prometió escribir cada día. Y, efectivamente, Kafka escribía cartas diarias en las que relataba nuevas aventuras que, siguiendo el peculiar ritmo de la vida, se desarrollaban muy rápidamente.

Una muñeca y su nueva vida

Al cabo de unos días, el niño se olvidó de la pérdida real de su juguete y sólo pensó en conocer la trayectoria de la muñeca en la vida. En cada frase de esta novela, Franz Kafka describió la historia con tanta precisión y humor que la situación de la muñeca era perfectamente comprensible: crecía, iba a la escuela y conocía a otras personas.

Siempre le aseguró a la niña su amor, pero al mismo tiempo también insinuó complicaciones en su vida personal, otras responsabilidades y otros intereses que no le permitirían retomar su vida junto a la niña por el momento. De este modo, preparaba al niño para el inevitable final. Al final se decidió: la muñeca debe casarse. Primero fue la descripción del futuro marido, el compromiso, los preparativos de la boda, y luego el hogar de la joven pareja con todos los detalles.

"Ya ves, tengo mi propia familia, mi familia me necesita y soy responsable de ella. No sé cuándo podremos volver a vernos.

Probablemente la historia debía tener un final muy diferente, pero como suele ocurrir...

La vida real también interfiere a veces en la ficción, trayendo consigo un dolor cruel. Estos encuentros duraron casi un mes, hasta que la tuberculosis de Kafka se agravó y tuvo que viajar urgentemente a un sanatorio de Viena. Antes de este viaje, que iba a ser el último, conoció a la niña y le regaló una muñeca nueva. Era, por supuesto, una muñeca diferente, pero venía con una nota que decía:

- Mis viajes me han cambiado. Pero sigo siendo la misma, tu muñeca.

Muchos años después, la niña que se había convertido en una hermosa mujer encontró otra nota en la muñeca y, con lágrimas en los ojos, leyó - ella leyó -

Todo lo que amas, es probable que lo pierdas, pero al final, tu amor tomará otra forma.

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