Las lágrimas. ¿Por qué llora la gente?

En este artículo, hacemos un recorrido por el cuerpo humano con una lupa, descubriendo el mundo oculto. Las lágrimas. ¿Para qué sirven esas gotitas? ¿Por qué son saladas? ¿Cuántos litros producimos al año? Averigüémoslo juntos.
El ojo, también conocido como globo ocular, es una bola gelatinosa compuesta por un 98% de agua.

Es uno de los órganos más frágiles del cuerpo humano y, por tanto, necesita protección e hidratación constantes. Pero no te preocupes, ¡las lágrimas vendrán al rescate!

¿De qué están hechas las lágrimas?

Contrariamente a lo que pueda parecer, no sólo están formados por agua, sino también por otras sustancias muy importantes, como proteínas, lípidos (grasas), sales minerales y sustancias bactericidas que pueden proteger al ojo de las infecciones.

Su camino: de los ojos a la nariz

Las lágrimas son producidas por las glándulas lagrimales, estructuras ocultas tras los párpados, en la parte superior de las cuencas oculares (los huecos de los huesos del cráneo donde se sitúan los ojos).

Una vez desarrolladas, se distribuyen por toda la superficie del ojo al abrir y cerrar constantemente los párpados.

A continuación, se expulsan gradualmente a través del conducto lagrimal, un pequeño tubo situado en el ángulo interno del ojo, que desemboca en una estructura denominada saco lagrimal, desde donde las lágrimas entran en la cavidad nasal.

Por eso tenemos que sonarnos la nariz y utilizar miles de pañuelos cuando lloramos: ¡por esa conexión entre los ojos y la nariz!

¿Son todas las lágrimas iguales?

Los científicos las dividen en tres tipos: basales, reflejas y emocionales.

Las lágrimas basales son las que normalmente cubren la superficie del ojo, creando una película lagrimal (una fina capa protectora que separa el ojo del medio exterior).
Las lágrimas reflejas son lágrimas que se segregan en grandes cantidades ante una amenaza, como la irritación provocada por el polvo, el polen o la arena que arrastra el viento.
Las lágrimas emocionales son una expresión de nuestras emociones, ya sea alegría al recibir una buena noticia, emoción al ver una película con final feliz o tristeza.

¿Cuáles son los beneficios de las lágrimas?

Son indispensables para la buena salud de nuestros ojos y nuestra visión. Lubrican nuestros ojos, los protegen de amenazas externas y mantienen nuestra visión nítida.

De hecho, al igual que los limpiaparabrisas de los coches, la constante apertura y cierre de los párpados permite que las lágrimas se extiendan por toda la superficie ocular y barran el polvo, los gérmenes y los residuos, preservando la agudeza visual.

Sin este mecanismo, se acumularían capas de polvo en los ojos y la visión se deterioraría.
Es más, ¡estaríamos constantemente expuestos a infecciones!
De hecho, como ya se ha mencionado, las lágrimas tienen enzimas antimicrobianas, es decir, proteínas especiales que pueden derrotar a gérmenes externos como virus, hongos y bacterias que amenazan la salud de nuestros ojos. Este sistema de defensa se llama lisozima.

¿Por qué las lágrimas son saladas?

Todo el mundo, al menos una vez, ha tenido que saborear las lágrimas que acudían a su boca tras llorar desconsoladamente.
Probablemente te habrás dado cuenta de que, aunque se componen principalmente de agua, no son insípidas, sino saladas.
Esto se debe a que contienen una sal mineral especial, el cloruro sódico, ¡llamada simplemente sal!

¿Cuántas lágrimas producimos al año?

Ahora que ya sabemos lo que es, ¡vamos a las cifras! ¿Cuántas lágrimas producimos en un año? ¿Y en toda una vida? No es fácil de calcular, sin duda depende de lo llorona que sea una persona... pero un estudio estadounidense estima que una persona media produce entre 60 y 110 litros de lágrimas al año (casi tantas como una bañera). Así que producimos entre 5.000 y 9.000 litros a lo largo de nuestra vida.

¿Por qué lloramos cuando sentimos rabia y frustración?

Para responder a esta pregunta, primero es importante saber qué ocurre en nuestro cuerpo durante la ira. Cuando una persona se enfada, el sistema nervioso central pone inmediatamente a nuestro cuerpo en alerta, desencadenando una serie de reacciones físicas. Las pupilas se dilatan, se libera cortisol (la hormona del estrés), se aceleran los latidos del corazón y la respiración, y el flujo sanguíneo se dirige a los músculos, dejándolos tensos.

Este mecanismo es instintivo. Procede de la prehistoria, cuando a cualquier signo de amenaza le seguía una reacción que nos obligaba a estar preparados para luchar por la supervivencia.

En muchos casos, el nivel de estrés causado por la ira es tan grande que somos incapaces de volver a un estado racional y explicar con palabras cómo nos sentimos. Por eso lloramos. Llorar en situaciones de ira sirve, entre otras cosas, para reducir la tensión.

Según los psicólogos especializados en terapia cognitivo-conductual, las lágrimas -las evocadas por una amplia gama de emociones, incluida la ira- surgen como respuesta a una experiencia intensa, pero también pueden tener un propósito más complejo. Sugieren que el llanto es una forma de comunicación no verbal que sirve para hacer saber a la otra persona que ha ido demasiado lejos: así, sirve para suscitar empatía u obtener apoyo.

Las lágrimas también contienen encefalina-leucina, un analgésico natural que se segrega durante el llanto. Por eso nos sentimos mejor después de llorar.

Y por último... ¿es cierto que las cebollas hacen llorar?
Sí, cortar cebollas es una de las formas más eficaces de llorar más lágrimas y batir el récord de 9.000 litros.
Esto se debe a que las cebollas contienen sustancias irritantes especiales, como los ácidos sulfúricos, que se evaporan en forma de gas lacrimógeno e irritan los ojos, estimulando el lagrimeo reflejo.