Algo sobre la gente... La actuación de Marina Abramovic Ritmo 0

En los años 70, la artista serbia Marina Abramović realizó un experimento: se quedó inmóvil en uno de los centros de exposiciones. Cerca, había una variedad de objetos -desde un martillo y una pistola hasta pinturas de acuarela- tirados por ahí. La gente podía coger cualquiera de estos objetos y hacer lo que quisiera con Marina.

La famosa performance Ritmo 0 de Marina Abramović llamó la atención por la interacción violenta e incluso mortal entre el público y la artista, que fue tolerada pasivamente. Aunque empezó de forma relativamente inocua, los acontecimientos pronto se convirtieron en algo más siniestro. La infame obra forma parte de la serie Rhythm de Marina, que consiste en un grupo de performances que la artista creó en la década de 1970. Marina Abramović asumió considerables riesgos durante esta serie para explorar temas como el control, su pérdida y los límites del cuerpo humano. Ritmo 0" es la última parte de la serie y posiblemente la más peligrosa.

Los relatos de lo que ocurrió exactamente durante la representación, como por ejemplo, cómo empezó y terminó la obra, varían. Algunos dicen que el director de la galería anunció que el artista permanecería inmóvil durante las siguientes seis horas, otros dicen que las instrucciones sólo se dieron en forma de texto en la pared. Tampoco está claro cómo terminó exactamente el experimento, si por haber transcurrido las seis horas preestablecidas o porque parte del público puso fin al mismo.

Una de las descripciones más detalladas del curso de los acontecimientos la hizo el crítico de arte Thomas McEvilly. Estuvo presente en la actuación y escribió que, al principio, el público era tímido, sólo la miraba, le daba rosas, la besaba. Pero entonces, alguien empezó a desnudarla, otros pintaron su cuerpo e incluso la cortaron. Alguien la hizo girar sobre su eje. Alguien levantó sus brazos hacia arriba. Un hombre utilizó una hoja de afeitar para hacerle un corte en el cuello. Los espectadores cambiaron la posición del cuerpo del artista. Algunos le pegaron varios objetos. Los hombres la desnudaron y la tocaron. Acompañaron sus acciones con risas.

A la tercera hora le cortaron toda la ropa con cuchillas. A la cuarta hora, se utilizaron las mismas cuchillas para hacer incisiones en su piel. Marina fue objeto de todo tipo de acoso. Alguien la obligó a apuntarse con un arma. Estaba tan concentrada en la actuación que no se resistió a nada.

Según McEvilly, "cuando se puso una pistola cargada en la cabeza de Marina y se colocó el dedo en el gatillo, se produjo una pelea entre los espectadores.

Las impresiones de la propia Abramović sobre lo que la gente le hizo fueron aún más espeluznantes. El artista recuerda: 

"Al principio, el público tenía muchas ganas de jugar conmigo. Luego se volvieron más y más agresivos, fueron seis horas de verdadero terror. Me cortaron el pelo, me clavaron espinas de rosa en el cuerpo, me cortaron la piel del cuello y luego me pusieron un yeso sobre la herida. Tras seis horas de actuación, caminé desnuda con lágrimas en los ojos hacia el público, que literalmente salió corriendo de la sala al darse cuenta de que había "cobrado vida": ya no era su juguete y empezaba a controlar mi propio cuerpo. Recuerdo que cuando fui al hotel esa noche y me miré en el espejo, encontré un mechón de pelo gris. 

Marina Abramovic

Performance de Marina Abramovic Ritmo 0

Queda la pregunta de por qué el público hizo lo que muy probablemente no habría hecho en su vida cotidiana. Abramović dio permiso a los asistentes para hacer lo que quisieran sin ninguna consecuencia, dándoles instrucciones que decían: "Hay 72 artículos sobre la mesa para que los utilicen en mi contra como mejor les parezca, y asumo toda la responsabilidad de este periodo". Sin embargo, esto no significa que las acciones de los espectadores cumplan con sus normas personales. Probablemente, la mayoría consideró sus acciones moralmente incorrectas, ya que todos abandonaron el escenario en cuanto Abramović recuperó su papel de persona activa tras la representación.

En su libro Marina Abramović, Mary Richards escribe que el curso de los acontecimientos estuvo determinado por la dinámica de la psicología de grupo. Como el público actuó como parte del colectivo, pudo mantener un papel anónimo dentro del grupo. Según Richards, un grupo que cumple sus deseos es más peligroso que una situación en la que las personas tuvieran que enfrentarse solas al artista. Por tanto, el responsable no es el individuo sino el grupo. Según Richards, esto puede llevar a los miembros del grupo a animarse mutuamente a superar los límites y experimentar con los objetos que se ofrecen.

Esta obra revela algo terrible de la humanidad. Demuestra lo rápido que una persona puede hacerte daño en las circunstancias adecuadas. Muestra lo fácil que es despersonalizar a una persona que no se defiende, que no se defiende. Demuestra que, si se crean las circunstancias adecuadas, la mayoría de las personas "normales" pueden, obviamente, llegar a ser muy violento.