Los niños como paquete

La oficina de correos y los niños como paquetes.

La propia oficina de correos es un tesoro inagotable de anécdotas y chistes divertidos. Pero a veces la gente hace todo lo posible para que las cosas sean aún más absurdas. Al menos desde el punto de vista del hombre moderno. Correos y los niños como paquetes

Los servicios postales han existido desde tiempos inmemoriales, pero la posibilidad de que la gente común envíe paquetes grandes no surgió hace tanto tiempo, hace unos cien años. Toda innovación tiene como objetivo principal mejorar los servicios, pero la avaricia de la gente a veces es incomprensible.

A partir del 1 de enero de 1913, la Oficina de Correos de EE.UU. pudo aceptar paquetes de más de 2 kilogramos, pero las normas para este tipo de envíos postales eran bastante vagas y no había instrucciones claras sobre el aspecto exacto que debían tener los paquetes para ser enviados. Esta situación fue aprovechada por la pareja formada por Jesy y Matilda Beagle, que decidieron enviar a su hijo de 8 meses con su abuela, que vive en Ohio. Los Beagles pagaron 15 céntimos por los sellos y aseguraron el precioso paquete (en caso de pérdida) por 50 dólares , y luego se lo entregó al cartero, que lo llevó a casa de su abuela.

La oficina de correos y los niños como paquetes
Servicio de entrega de niños.

Correo y niños como paquetes, de forma continua.

La historia fue un gran éxito, llegando a los titulares de todo Estados Unidos y debería haber puesto fin a la práctica, pero no lo hizo. Después de leer sobre el caso, todos los demás en Estados Unidos decidieron enviar a sus hijos a través del servicio postal. Por ejemplo, una mujer divorciada envió a su hija de seis años con su padre a otro estado y ciudad. El niño recorrió 1.150 kilómetros como "paquete", con un coste de 15 céntimos, que se gastaron en la compra de sellos.

En otro caso, una niña de cuatro años, Charlotte May Pierstorff, también fue enviada como paquete y con un sello de correos pegado a su abrigo. La expedición tuvo lugar entre dos ciudades de Idaho separadas por unos 115 km. Esto duró hasta 1920, cuando finalmente la dirección de Correos se dio cuenta de lo absurdo de la situación y prohibió la aceptación de niños como paquetes.

Bien, si alguno de vosotros decide de repente preguntar a sus padres: "¿De dónde vengo?" y la respuesta es: "El cartero te trajo aquí...".

Quién sabe si es verdad...

La oficina de correos y los niños. Envío de niños como paquetes.
Entrega de niños a los receptores
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